Lugar: El Pirulí
Fecha: 14/02/2011
Profundidad Máxima: 27,6m
Hora de entrada: 10:20
Duración: 40min
Temperatura: 20ºC
Compañeros: Adrián, Paco y Sacha
Hoy tocaría el Pirulí, que quedaba lejos de resultar una inmersión «chupada» como podía dejar entrever su nombre. Se trata de un peñón en medio de un arenal con base a veintipico metros en su cara oeste y más de sesenta en su lado contrario. Afortunadamente el banco que jureles que queríamos visitar se encontraba en una gruta con gran entrada vertical en su lado más llano así que no habría que descender mucho.
Nada más entrar al agua se nos cruzó un gallo azul con su amigo pez trompeta y afortunadamente ya me había acostumbrado a preparar la cámara antes de deshinchar el chaleco por lo que esta vez sí pude retratarlo. Fuimos llaneando a media agua por el arenal hasta llegar al peñón que resultó imponente emergiendo del fondo. Al llegar a la grieta, todo ocurrió según lo programado, un bandada de jureles empezó a salir y volver a entrar varias veces a través de un arco con coral a ambos lados. Saqué muchísimas fotos pero casi todas o con partículas o movidas por la emoción y por los bichos éstos que pasaban muy muy muy cerquita nuestro.
Paco nos había avisado que desde la grieta tocada rodear el peñón ascendiendo por el mismo para ver una serie de muriones que había por la otra cara pero nos despistamos de esa parte y lo rodeamos manteniendo la misma profundidad con la intención de regresar al mismo punto de partida, la cueva infestada de jureles, y así tener una segunda oportunidad de tomar más fotos. Paco no intentó placarnos y así regresamos hasta los jureles perdiéndonos la parte de los muriones. El día antes habíamos tenido una buena tanda de muriones en El Bajón, así que no importó demasiado.
Tras nuestra segunda sesión de jureles continuamos en dirección a la costa hasta un segundo peñón éste último mucho más pequeño que el anterior donde nos cruzamos con un pez ratón que no dudó en marcharse del sitio echando virutas. En el segundo peñón nos sacamos una fotos atravesando unos arcos que lo agujereaban y de vuelta para el barco.