Llevábamos mucho, pero que mucho tiempo deseando comprobar lo que las leyendas urbanas contaban: hay antenarios en Teno y hoy, parece que fue Juan Palenzuela quien trajo la suerte al Equipo Garimba. Adrián, haciendo una vez más alarde de su gran talento para la localización de bichejos, nos dejó perplejos al enfocar su linterna a un pequeño hueco en el veril; tuvo además que señalárnoslo con el dedo pues el mimestismo del antenario que demás estaba encuevado era perfecto!! La foto que le pude hacer no es muy buena pero ahí queda como testimonio gráfico del momento.
De resto Teno se portó como de costumbre; 3 meros, abades, varias morenas (una de ellas una picopato que más parecía una anaconda), el Tamboril espinoso de costumbre, chocos, nudis, caprélidos y hasta un caballito justo al final. Pero lo mejor de todo: visita a ver al perro de Juan; pero cómo brincaba Elmo de alegría y cómo salimos nosotros brincado de la visita…