Queridos niños y niñas que seguís este blog. Quisiera que las fotos de hoy puedan servir para advertirnos de cómo de rápido puede «virarse la cosa» sobretodo durante una jornada de buceo. Les cuento.
Ayer domingo Adrián, Carlos y un servidor quedamos para bucear y como el parte metereológico nos avisaba de posibles lluvias optamos por ir a un lugar donde pudiéramos hacerlo con seguridad y también donde se pudieran aparcar los coches lejos de cualquier barranco. Elegimos Tabaiba. La mañana estaba descubierta, la mar completamente en calma y veíamos, la norte, las carpas instaladas en Radazul para el Campeonato de Europa de Apnea, y al sur unos rayitos de sol asomando por Candelaria. Perfecto!!!
Entramos al agua sin novedad, y al llegar al pecio, me impresionó la buena visibilidad que había, así que aproveché para «jincharme» a hacer fotitos de Carlos buceando alrededor del barco mientras Adrián hacía fotos a cositas menudas.
Tras la sesión de fotos del pecio, tiramos hacia Radazul subiendo hasta los 15m. Notamos que empezaba a llover pero nos entretuvimos con un caballito, varios gallitos y hasta un ovispo medio despistado. De repente Carlos nos empezó indicar: «VVAAMMOONNOOSS!!!!» mientras señalaba hacia arriba y cuando lo vimos, pusimos «aletas en polvorosa» para escapar lo más rápidamente posible del aluvión de barro que se nos venía encima. Era como si nos persiguiese una inmensa nube negra que luego vimos, venía del barranco que separa Tabaiba y Radazul. Llegamos bien hasta las escaleras de Tabaiba aunque con cierto nerviosismo que calmamos haciéndonos algunos selfies o «autorretratos» como llaman algunos.
Tras salir del agua, caminamos hasta el barranco para ver la monstruosidad de catarata de barro que bajaba por sus escaleras. Al llegar a los coches, con los equipos completamente endulzados, vimos que el barranco próximo al aparcamiento también se había desbordado así que no nos quedó más remedio que sacar la neverita, abrir unas cervezas, unas papa y unas aceitunas y esperar hasta que se calmase la cosa. Sabíamos que podía venir lluvia, pero wow, los 140 litros por metro cuadrado que inundaron la capital ese día para nada la esperábamos. Todo en menos de 1 hora!!.
Ver Video de: Aluvión en el Barranco de Tabaiba
Al final, una batalla más que contar, sin consecuencias afortunadamente, que nos hará ser más cautos aun la próxima vez.