El Sábado pasado Eugenio nos invitó a hacer una inmersión en los Roques de Anaga. No conocía la zona así que, sin pensarlo dos veces me apunté. Carlos también vendría con nosotros. Ignoraba lo lejos que queda la zona saliendo desde la dársena pesquera de Santa Cruz (casi una hora de barco), pero los paisajes que se pueden disfrutar durante la travesía bien merecen la pena. El mar acompañó, y gracias a Julia, la barquera, pudimos hacer dos inmersiones, la primera en el roque de afuera y la segunda en el de tierra, con total tranquilidad pese a que es un zona famosa por sus traicioneras corrientes. Bajo el agua, no vimos mucha vida aunque me resultó tremendamente gratificante la experiencia de conocer la zona. Muchas gracias por la invitación!!