Fiel a mi propuesta de intentar colgar y además explicar una foto por semana, aquí les dejo la segunda entrega, esta vez con una Pelagia noctiluca (Medusa) tomada en febrero de 2012 en el Muelle de El Porís de Abona.
Fue gracias a un amable préstamo de Yeray que tuve la suerte de poder hacer mi primera sesión de fotos con un objetivo angular de 180º ojo de pez; el archiconocido tokina 10-17mm. Es, creo, el angular más empleado por los fotosubs ya que permite con una buena calidad y aceptable luminosidad poder hacer tomas a 180º de ambientes o aprovechar para, cerrando el zoom un poco, hacer bichos sin tener que acercarnos tanto. Yo, por ir contracorriente al final me pillé un 10,5mm de nikon de segunda mano con el que hasta la fecha estoy la mar de contento; los bichos, como verán, los re-encuadro en casa.
La toma
Las medusas suelen acercarse a costa en invierno, cuando el agua está más fría, y ese día en el Porís había bastantes de ellas pululando muy cerquita del muelle así que me topé con varias nada más entrar al agua. Sin apenas experiencia en fotografía angular submarina, me puse a disparar cuan poseso con el tokina prestado y con un solo flash con difusor. Como no sabía iluminar toda la medusa con un sólo flash, lo coloqué por un lado para, al menos, iluminar el lado de «la cabeza» (si me oye un biólogo hablado de «cabezas» de medusas, me mata). Al tener puesto el difusor del flash -con la sana intención de que el destello cubriera la mayor parte posible- acabé haciendo una foto repleta de partículas. Éstas no se aprecian en la web pero sí se notan bastante, sobretodo si ampliamos la foto. Como quería sacarle textura tanto a la superficie como a la medusa tuve que cerrar diafragma y subir velocidad y darle a tope al flash con su difusor «iluminapartículas». La cosa quedó en 100ISO, 1/320s, f/13 y Flash a Full.
La intención era clara: tapar el sol con la «cabeza» de la medusa para conseguir un efecto «Rayos» detrás del bicho. Encuadrar una medusa puede parecer una cosa muy sencilla, pero en la práctica no lo es. A pesar de no moverse a gran velocidad, las condenadas se pasan todo el día subiendo y bajando, girándose, esparramando los tentáculos y replegándolos, así que me pasé la sesión con el ordenador de buceo, pita que te pita y desede los 10m a superficie y otra vez «pa abajo», y otra vez «pa arriba». Tras un buen rato y muchos intentos quedé satisfecho con 2 tomas así que pude proseguir con la inmersión. Al pobre Adrián lo tenía aburrido de esperar: espera que te espera vigilando que no viniera ninguna embarcación durante mis incursiones a la superficie.
La Selección
Cómo verán en este pantallazo del «Lightroom» cuadrar la medusa con el sol no resultó tarea fácil, pero al final se logró en 2 tomas. También podrán apreciar varias versiones de la misma foto, una utilísima opción que tiene este programa, pues te permite retocar e ir dejando diferentes reencuadres y ajustes de color de una misma foto y poder compararlas en tiempo real. Faltan muchas tomas que se ya habían borrado durante la descarga de la tarjeta al ordenador.
Ajustes de Color
En la foto original podemos apreciar que la medusa quedó un poco lejos, con la cola poco iluminada, se ven burbujas y mucha falta de color y nitidez.
Cuando trabajamos en un programa de gestión fotográfica de una marca diferente a la de la cámara (p.e Lightroom es de Adobe y mi cámara es Nikon), ocurre que el programa no sabe interpretar los «pre-ajustes» que los fotógrafos pre-programamos en la cámara por lo que la imagen que nos enseña el Lightroom se ve con falta de esos ajustes. En competición se programa la cámara para que grabe un JPEG con esos ajustes para que así las imágenes salgan directamente nítidas y repletas de color. Tras muchas sesiones de lightroom, acabamos acostumbrándonos a ver las fotos tras la descarga con un colorido muy diferente al que percibíamos en la pantallita de la cámara. Un fichero RAW (o DNG en mi caso, pues mi programa convierte el fichero NEF de nikon a un DNG de adobe durante el volcado al ordenador) es un fichero que NECESITA de ajustes de postproducción pues muy rara vez servirá sin ellos.
Para empezar ajustamos la temperatura de color. Una de las principales ventajas de disparar en formato RAW es que nos permite luego jugar con la temperatura hasta obtener el «puntito» exacto, que en fotografía submarina depende de muchísimas variables como: cómo está el día, si nublado o soleado; la profundidad, a mayor profundidad más azulado; la cantidad de agua que hay desde el sujeto al objetivo, las condiciones del agua, la temperatura de color de los flashes, y algunas cositas más… Vamos que atinar con la temperatura correcta en el momento del disparo es todo un arte reservado exclusivamente a los más grandes. Yo ese parámetro lo ajusto en la comodidad de mi asiento frente al ordenador!! Junto con la temperatura también balanceamos el tono, para y así mejorar el balance de color entre la luz artificial proviniente del flash y la natural del sol.
Otros parámetros que se ajustan son, la saturación, la nitidez, el histograma de sombras y luces que iré explicando poco a poco semana a semana para no extenderme demasiado hoy.
El reencuadre
Como antes comentaba, la medusa quedó un poco lejana. Podría haber ajustado un poco más el zoom del tokina para acercarla, pero el objetivo no llevaba el anillo de zoom, necesario para que funcione dentro de la carcasa así que tocó reencuadrarla en el ordenador. Aprovechando el recorte, giré un poco la toma para que el eje «tentáculos-Cabeza» encajara en la diagonal ascendente de la imagen logrando así una mejor composición.
Limpieza
El «pepinazo» del flash con el difusor hizo que aparecieran muchísimas partículas en el agua que rodeaban al sujeto así qué aproveché la función de «eliminación de manchas» que, en un principio está diseñado para eliminar alguna partícula del sensor y no el enjambre de artefactos que aparecía en mi toma. Demasiada «eliminación» ralentiza mucho el funcionamiento del programa así que al final me llevé la imagen al photoshop y le pasé la última mano a base de «tampón digital».
Resultado Final
Y por fin tenemos la «photo-finish». Como verán, es ideal cuadrar la foto bajo el agua pues te ahorras mucho mucho trabajo posterior. De todas formas, cuando las circunstancias, o la falta de experiencia, o las limitaciones del equipo, no te permiten hacer una foto «fetén» a la primera pero consigues una toma aceptable, el proceso de post producción digital te permitirá mejorarla para poder «salvar» esa imagen y porqué no, «salvar esa medusa»