Hacía tiempo que no nos echábamos una nocturna y como Camilo había dicho que quería ver spirógrafos pues tiramos a Radazul que, como digo yo, está «plagao» de ellos. Por supuesto no vimos ninguno, pero sí varios bichitos de esos que se dejan fotografiar por la noche.
A la salida, un choco cenando y justo en las escaleras esta morenita de considerable longitud que nos dio bastante juego.