Ya teníamos mono de «macro peludo» así que quedamos con Borboné y un colega más en nuestro paraíso de lo chiquitito: El Porís. Como siembre Adrián anduvo muy ocupado mostrándonos bichitos de esos que normalmente se escapan a nuestra vista.
A la salida de la primera coincidimos con Nuria, Arturo y también con Steven y con Montse Grillo a quien teníamos ya muchas gansas de conocer en persona después de haber seguido de cerca su trayectoria a través de la bellísimas fotos que publica en fotonatura y en facebook. Pudimos compartir un poco de sidra y garimbas junto con una megabolsa de almendrados que llevaba Carlos en la «calandraca-furgo»: que hambre teníamos y qué bien nos sentaron.
En la segunda, que hicimos Adrián y yo solos, nos topamos con dos hermosísimos caballitos, uno de ellos apenas superaba el tamaño de una mondeda de 2€.