Siempre que tenemos ocasión, y si el mar lo permite, que desafortunadamente no es muy a menudo, nos gusta meternos en La Virgen para disfrutar de su abundante vida marina. Esta vez quedamos Aurelio, Juan, Mudi, Abi y un servidor (Adrián estaba de baja). En una zona de apenas 50 metros cuadrados pudimos ver todo tipo de peces:
Un banco de bicudas parejitas, muchas salemas, lisas, sargos (incluso los picudos), viejas a mansalva, romeros, muchísimos burritos listados, maría franciscas, doncellas, gallitos, jureles, medregales, herreras, un pejerrey y sobretodo abades, muchísimos abades; incluso un abade capitán en mitad de transformación que nos acompañó un par de minutos.
Hay días especiales en los que esta inmersión vale muchísimo la pena y el de hoy, definitivamente fue uno de ellos!